La Plata: un empresario quedó postrado tras recibir un baldosazo en la cabeza

 

Emilio La Gioiosa, de 37 años, sufrió un grave daño cerebral tras ser atacado por un joven que estaba maltratando a una joven en 7 y 34. El agresor está prófugo.

Emilio Salvador La Gioiosa tiene 37 años y es empresario. La madrugada del domingo 11 de noviembre fue atacado por un hombre en La Plata y hoy está postrado sin poder moverse ni hablar.

Esa madrugada, Emilio estacionó su auto en la calle 7 y 34, bajó acompañado por un amigo y su novia. Según confió su hermana Mercedes, habían parado para pasar al baño en un boliche de la cuadra, aunque el agresor lo atacó apenas salió del vehículo: lo golpeó en la cabeza dos veces con un ladrillo.

Según informa El Día, el hecho fue registrado por las cámaras de seguridad y, aunque el atacante se puede ver en las filmaciones, aún no fue identificado y sigue prófugo.

«Se movía como alguien que es habitué del boliche ya que entraba y salía a cada rato», explicó Mercedes. Según consta en las filmaciones, había estado discutiendo con su pareja y hasta empujándola en la vía pública.

En medio de las agresiones, la joven que acompañaba a la víctima y su amigo hicieron un comentario sobre cómo maltrataba el hombre a su novia, y al parecer eso desató la violencia en su accionar. Primero le pegó al novio de la chica y después directamente a Emilio, quien ya tenía en la cabeza una placa de titanio por otro accidente.

El joven quedó tendido en el piso y comenzó a convulsionar, por lo que sus amigos empezaron a gritar pidiendo ayuda.

Según confió Mercedes, el atacante «estaba sacado, no quería parar», y su pareja tuvo que correrlo de la escena para «calmarlo» hasta que finalmente se retiraron. Luego de llamar al 911 y al SAME, una ambulancia llevó a Emilio, que se dedica a la venta de autos por concesionarias, a la terapia intensiva del Hospital Español, logró salir, pero ahora no puede moverse.

Su vida cambió drásticamente. Está internado en un centro de rehabilitación sin poder hablar, ni caminar, ni comer. «Le arruinaron la vida, porque llevará un largo tiempo lograr que se recupere y quizá no lo logre nunca», se lamentó Mercedes.