Las pymes industriales encadenan más de dos años de caída y crece la presión de las importaciones chinas
Las pequeñas y medianas empresas industriales de la Argentina atraviesan un período crítico. Según un relevamiento de la Fundación Observatorio Pyme, el sector acumula diez trimestres consecutivos de caída en el nivel de actividad, en un contexto marcado por el deterioro del mercado interno y una creciente presión de las importaciones.
El informe releva datos correspondientes al tercer trimestre de 2025 y se basa en una encuesta realizada a 425 pymes industriales entre fines de septiembre y octubre, en plena tensión cambiaria y financiera, atravesada además por el clima electoral.
Durante ese período, la producción industrial pyme registró una contracción acumulada del 4,1%, marcando el décimo trimestre consecutivo en baja, y se ubicó 7,5% por debajo del mismo período de 2024. El empleo también cayó, con una baja interanual del 4,6%, aunque con señales de desaceleración en el ritmo de contracción. El desempeño fue más negativo en las firmas más pequeñas (de 10 a 49 empleados) que en las medianas.
Los indicadores de expectativas y confianza refuerzan el diagnóstico. El PMI-PyME, que anticipa el nivel de producción, se ubicó en 43 puntos, dos menos que en el trimestre previo, mientras que el Índice de Confianza Empresarial PyME descendió a 44 puntos, ambos claramente por debajo del umbral de 50 que marca una situación neutral.
Uno de los datos más relevantes del informe es el avance de las importaciones sobre el mercado local. El 37% de las pymes declaró haber perdido participación frente a productos importados, una suba respecto del 33% del trimestre anterior y el máximo histórico de la serie, que se mide desde 2007. Entre las empresas que identifican una amenaza externa, el 73,3% señala a China como principal origen, muy por encima de Brasil, que concentra el 16,6% de las menciones.
La presión importadora se da en un escenario de costos crecientes: el 81% de las empresas reportó aumentos en sus costos de producción, lo que comprimió los márgenes de rentabilidad. Menos de la mitad logró trasladar esas subas a precios. Esta combinación derivó en bajo dinamismo de ventas, problemas en la cadena de pagos y mayores dificultades de financiamiento.


