En los últimos años, la producción artesanal de la bebida Gin ha ganado mucho terreno en el territorio argentino. Entendiendo a la perfección las necesidades del mercado, los jóvenes emprendedores Ignacio Sierra y Joaquín Villafañe se integraron a esta “ola” fundando Aconcagua Gin, un producto de industria nacional sofisticado y de calidad.
En sus inicios, Aconcagua Gin salió al mercado con el desarrollo de su clásica e innovadora botella azul, denominada London Dry de 750 ml, compuesta por siete botánicos característicos: bayas de enebro, semillas de coriandro, raíz de angélica, raíz de regaliz, almendra, cassia y cáscara de Limón.
Con el correr del tiempo y acentuando la visión en el negocio del gin, se crearon nuevas líneas de producto que dieron nacimiento a la versión de la botella verde y blanca. En el primer caso y en relación a su composición, se decidió reemplazar la cáscara de limón por la de lima y agregar un nuevo botánico, el lemon Grass, creando así una bebida mucho más cítrica.
En el caso del diseño blanco, la cáscara de limón fue reemplazada por el cardamomo y el lemongrass, dando forma a un producto bien botánico y brindando un sabor mucho más intenso a la bebida.
Si hay algo que distingue a Aconcagua Gin es el detalle que ponen a la hora de crear, sus productos se destacan por la alta calidad de la materia prima utilizada, por la variedad y tipos de gin que ofrecen y por el diseño innovador en cada uno de los diferentes packagings.
La diversidad de líneas de producto y los ingredientes utilizados para la realización del Gin Aconcagua, es sin dudas una marca registrada, que los llevó a convertirse en una compañía en constante crecimiento y que hoy, inclusive, está generando exportaciones a Europa, Sudamérica y próximamente abriendo el mercado de Estados Unidos.
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