Los rituales que se repiten a las 00 horas en Navidad
Cuando el reloj marca las 00 y comienza oficialmente la Navidad, en muchos hogares se activa una serie de rituales que, aunque simples, están cargados de simbolismo. No importa si se cumplen al pie de la letra o de manera más relajada: forman parte de un momento esperado durante todo el año.
El brindis de medianoche
El brindis es el gesto que inaugura la Navidad. Se realiza apenas cambia el día y representa el deseo colectivo de salud, unión y buenos augurios. Tradicionalmente se utiliza sidra o champagne, bebidas asociadas a la celebración y la abundancia, y el choque de copas simboliza compartir lo bueno que está por venir.
Luego del brindis llegan los abrazos, besos y mensajes de “Feliz Navidad”. Es un ritual emocional que refuerza los vínculos y funciona como un cierre simbólico del año compartido. Para muchas personas, también es el momento de recordar a quienes ya no están y honrar su memoria con un pensamiento o una dedicatoria íntima.
Pedir deseos en silencio siendo conscientes de lo que queremos atraer
Una de las costumbres más personales es pedir un deseo justo a las 00. Algunos lo hacen mentalmente durante el brindis, otros al mirar el cielo o al cerrar los ojos. La tradición indica que ese pedido debe ser secreto para que se cumpla, y suele estar relacionado con salud, amor o proyectos personales.
Abrir los regalos
En muchas familias argentinas, los regalos se abren inmediatamente después de la medianoche. La espera genera expectativa, especialmente entre los más pequeños del hogar, y transforma ese instante en uno de los más alegres de la noche. Este ritual refuerza la idea de dar y recibir, más allá del valor material de los obsequios.
Usar ropa interior roja
Una de las cábalas más populares es estrenar ropa interior roja. Según la tradición, este color está asociado a la pasión, la energía y la protección, y se cree que atrae el amor y la buena suerte para el año siguiente. Aunque su origen es antiguo, sigue vigente como un gesto simbólico que muchos cumplen casi sin pensarlo.
Comer determinados alimentos
Algunas mesas navideñas incluyen comidas con significado especial. Las frutas secas simbolizan abundancia, el pan dulce representa la unión familiar y los platos compartidos refuerzan la idea de prosperidad. En ciertos hogares, incluso se guarda un pedazo para atraer buena fortuna.
Salir a la vereda o mirar el cielo
Otra costumbre muy arraigada es salir unos minutos afuera para “recibir” la Navidad, saludar a los vecinos o mirar los fuegos artificiales. Este gesto marca el paso de un ciclo a otro y genera una sensación de comunidad que trasciende lo individual.
Guardar dinero como símbolo de prosperidad
Algunas personas colocan billetes en los bolsillos, debajo del plato o dentro de la billetera a las 00. La creencia indica que ese gesto ayuda a atraer estabilidad económica y abundancia durante el año que comienza.
Más allá de las creencias personales, estos rituales funcionan como un lenguaje común que se repite cada Navidad. Son pequeñas acciones que convierten la medianoche en un momento especial y cargado de sentido, donde la tradición y el deseo de un futuro mejor se encuentran.


