Así fue la ceremonia del retiro de la camiseta N°20 de Manu Ginóbili en San Antonio Spurs
El escolta argentino Manu Ginóbili fue homenajeado con el retiro de la camiseta de San Antonio Spurs luego del triunfo del equipo texano ante Cleveland Cavaliers por 116-100 en el AT&T Center.
La celebración comenzó a las 00.13 hora de Buenos Aires, con una serie de fotografías icónicas de su carrera en las pantallas del estadio y un video homenaje. Inmediatamente, en el centro de la cancha, se ubicaron Gregg Popovich, R.C. Buford, Fabricio Oberto, Tim Duncan, Tony Parker y, por supuesto, Manu Ginóbili acompañado de sus hijos Dante, Nicola y Luca, y su esposa Marianela Oroño.
La leyenda Sean Elliott, ex jugador estrella de San Antonio Spurs, fue el anfitrión de la ceremonia. «Le damos la bienvenida a uno de los mejores jugadores de todos los tiempos», dijo, y el coreo de «Manu, Manu» comenzó desde los cuatro costados. «Todos fuimos testigos de su grandeza», dijo Elliott, y destacó los cuatro títulos de campeonato, junto al oro olímpico en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. «Fue el Lionel Messi del básquetbol», señaló. «Gracias Manu por todo lo que hiciste por esta organización y esta ciudad».
Luego, llegó el turno del base francés Tony Parker, uno de los tres mosqueteros del equipo campeón. «En Argentina decían que yo no le pasaba el balón a Manu, pero no es mi culpa que Pop armara todas las jugadas para mí (risas)», dijo Tony. «La primera vez que te vi jugar tenía 18 años. Y te vi trabajar todos los días. La palabra con la que te quiero definir es ‘único’. A Manu lo dejaron ser Manu y así funcionó para todos. Yo no sería el jugador en el que me convertí si no hubiese sido por tu inspiración. Me ayudaste a ser un mejor jugador por tu competitividad. Lo último que quisiera decir es que Manu fue un jugador generoso, saltó desde la banca siempre y nos hizo mejores así. Tu humildad fue una inspiración para todos, eres una leyenda por haber ganado campeonatos NBA, Euroliga e internacionales. Ha sido un honor jugar contigo».
Seguido por Tony Parker, fue Fabricio Oberto quien tomó la palabra. «Un día me llamó a las 10 de la mañana y dije ‘acá pasó algo’. Terminamos llorando los dos porque me estaba contando de su retiro. De todos modos, el momento más duro que me tocó vivir con él fue mi procedimiento de corazón. Él estuvo ahí siempre. Ha sido increíble ser parte de esta familia, de este lugar, ser amigo de una persona de la calidad de Manu», dijo Fabricio. «Yo quería ganarle a algo a Manu, pero la verdad es que nunca pude ganarle a nada. Así, es muy difícil ser tu amigo, Manu (risas)», agregó. «Ahora, puedes tomarte la vida con calma y disfrutar de tu familia. Tenés toda la vida para disfrutar. Me hiciste una mejor persona, un mejor jugador. Te quiero mucho», completó.
Un emocionado Gregg Popovich tomó el micrófono que dejó la ex estrella nacida en Córdoba. «Cuando Manu llegó a nuestras vidas, le conté a Tim Duncan quién iba a llegar. Tiene unas condiciones espectaculares, este jugador puede ayudarnos de verdad, le dije. Y no me creyó. Manu tenía una lesión en el tobillo y no podía jugar. Tenía que volver para enero y regresó ¡en dos semanas! Y cuando Duncan lo vio jugar finalmente, se sorprendió y dijo: ¿Y este quien es?», señaló Pop. «El equipo de Argentina 2004, en el que Manu era referente, fue uno de los mejores equipos que vi a lo largo de mi vida. Lo viví personalmente porque era parte del equipo del Team USA. Luego tuve que ser su entrenador aquí en los Spurs. Con el tiempo me convertí en mejor coach que cuando lo conocí, porque aprendí a callarme y verlo jugar. Manu es un ganador, lo que le importaba era ganar. ¿Qué haces?, le decía yo. ‘Soy Manu, esto es lo que hago’, me decía, una y otra vez. Y me convencía. El equipo que teníamos se necesitaba entre sí, uno del otro, y si no hubiese sido así, no lo hubiésemos logrado. Sin Manu, no lo hubiésemos conseguido. El deseo de ganar, de exigirse, fue especial. Pero más allá de lo gran competidor que fue, lo que más le gusta a él es su familia, y eso es lo que lo hace tan especial. Es curioso, porque habla de todo, de política, religión, física, matemáticas…», agregó. «La decisión más importante de la historia de la franquicia fue cuando Manu aceptó ser sexto hombre. No le gustaba, pero su inteligencia lo llevó a decir sí. E irá al Salón de la Fama por eso. Manu, qué tipo tan especial. Te amo», completó Pop.
Tim Duncan, el mejor Spur de todos los tiempos, siguió luego de Popovich. «Quiero contar una historia: recibí una llamada de Pop en una noche de Draft. Seleccionamos a ¿Manu Ginobili? Yo no recuerdo de su lesión inicial. Lo que sí recuerdo es que Bruce Bowen lo golpeó, lo molestó, le hizo de todo en los entrenamientos, pero él jamás se quejó. Año tras año estuve impresionado contigo, Manu. La mayor diversión de mi carrera fue jugar al lado tuyo, tenerte como compañero. Es un honor estar esta noche, siempre fuiste un visionario y estoy feliz de estar aquí», completó.
Luego de Timmy D, se proyectó un video tributo y, finalmente, llegaron las palabras del escolta argentino.
«Traté de preparar un discurso, pero luego pensé: ¿qué voy a decir adelante de todos ustedes? Primero gané en Europa, luego jugué en la Selección, y luego esto. Realmente me vuela la cabeza, quisiera estrechar la mano de cada uno de ustedes. Quiero reconocer de donde salí, tuve suerte con mi familia, con mis amigos, todos deben estar por aquí, en algún lugar del estadio. Nací en una ciudad que vive el básquetbol de una manera muy especial, no elegí nacer ahí ni en esa familia, pero así se dio. Tuve la suerte de conocer y enamorarme de una hermosa mujer, y tuve la suerte de que ella se enamoró también de mí. La noche del Draft, juro que no sabía lo que iba a pasar y no lo quería creer. Pero supe que una vez seleccionado iba a depender de mí. Y como pasó innumerables veces, otra vez tuve suerte, porque terminé en una organización de estas características, tan especial», dijo Manu. «Este es un deporte de equipo, colectivo, y lo individual no sirve para obtener logros. Quiero agradecer y no existe mejor oportunidad que esta. Primero que nada a los fanáticos, porque llegué aqui y no sabía nada de la ciudad, pero todos me cobijaron. Pude cumplir el sueño de jugar con genios como Tim Duncan y David Robinson. También quiero agradecer a mi familia y mis amigos, que me siguieron siempre, pese a que yo estaba lejos. Esos gritos, ese esfuerzo, ese sacrificio por verme me empujó siempre. Quiero agradecer también a toda la organización de San Antonio, no sólo a los que están acá. Me han cuidado y acompañado mucho, los entrenadores, los trabajadores en su totalidad. Trataron a mi familia con amabilidad siempre, porque esta fue siempre, en definitiva, una gran familia», agregó. «Quiero despedirme de dos grandes grupos de compañeros, primero los de la Selección Argentina, con sus entrenadores incluidos. Qué placer fue jugar con ustedes. Ganando la pasábamos bien, pero yo sabía que perdiendo la íbamos a pasar mejor porque nos íbamos a decir cosas invalorables. También quiero hablarle a los compañeros de Spurs: Tony, Tim, siempre fue un placer jugar con ustedes. También quiero destacar mi amistad con Tiago, Boris, Patty, y tantos otros más. Y por último quiero hablarle a Pop: inteligente, generoso… loco. Siempre estaré agradecido por todo lo que aprendí contigo, y esto va mucho más allá del básquetbol. Finalmente, quiero hablarle a Papá y Mamá, gracias por darnos todo lo que necesitamos para crecer. Mamá, se que al principio querías un hijo doctor, abogado, o contador, pero me acompañaste siempre. Y Papá, siempre me apoyaste siendo un fanático del basquet y fuiste respetuoso de mis decisiones. Te quiero mucho y por supuesto, gracias. A ustedes (sus hijos), no se si van a entender, pero todo lo que hacemos con mamá lo hemos hecho por ustedes y lo seguiremos haciendo. A vos (su mujer), gracias por bancarte todo lo que te bancaste por mi carrera. Gracias por tu compañía, amistad, por hacerme quien soy y gracias, sobre todo, por relegar tanto de vos por mí y por nuestros hijos. Por suerte me quedan 40 o 50 años más para retribuirte. Fue un viaje increíble, realmente increíble, y les agradezco a todos por haberme acompañado».
Tras las palabras emotivas se quitó el velo de la camiseta y Manu Ginóbili, entonces, se sumergió en la eternidad, dejando en evidencia la novena camiseta colgada en el AT&T Center, que significará el retiro absoluto del número 20.