Crimen de Altos de San Lorenzo: el albañil se ahogó con su propia sangre.

 

Raúl Orlando Torales, el albañil de 33 años asesinado en el marco de una feroz pelea que tuvo lugar anteanoche en un sector de Altos de San Lorenzo, murió al aspirar su propia sangre, de acuerdo a lo que aportó la operación de autopsia a la que fue sometido en las últimas horas, informaron ayer fuentes policiales.

En tanto, los agentes de la comisaría Octava, con jurisdicción en la zona del hecho, lograron la captura de dos vecinos que estarían involucrados en el suceso. Además, procuraban dar con un tercero, quien se habría fugado a Capital Federal y se mantendría oculto allí.

Los arrestados –al igual que el implicado restante– son de nacionalidad peruana y tienen 29 y 31 años. Los dos viven a escasos metros de 16 y 83, lugar donde cayó herida de muerte la víctima.

Un vocero de la causa detalló que “la autopsia indicó que el hombre se ahogó en su propia sangre. Los golpes y cortes que tenía en el rostro le provocaron un sangrado interno, con el que se asfixió”.

Cabe recordar que todo ocurrió en los alrededores de 17 y 86, poco antes de las 21 del domingo. Un llamado al 911 alertó a la Policía sobre una gresca en ese sitio, y un patrullero se acercó. Sin bien allí no encontraron nada sospechoso; terminaron por hallar a Torales no muy lejos de esa ubicación, en 16 y 83, a pocos metros de su domicilio. Yacía tirado, con la cara desfigurada y trozos de vidrio incrustados en la misma, además de presentar una fuerte hemorragia.

“Estaba muy golpeado”, admitió un portavoz, y agregó que “al parecer lo molieron a trompadas y lo cortaron también con botellas”. Sin embargo, los peritos de la Policía Científica, que se apersonaron a la escena del crimen para levantar indicios de interés para la causa, no habrían encontrado ­cristal alguno.

De inmediato se le dio intervención a la seccional Octava, cuyos agentes entrevistaron a una serie de testigos. Gracias a ellos pudieron dar con dos sospechosos y están a punto de caer también sobre el tercero. “Lo tenemos identificado con nombre, apellido y apodo, y creemos que está oculto en la ciudad de Buenos Aires”. Para intentar capturarlo, se sumaron al trabajo los detectives del ­Gabinete de Homicidios de la DDI La Plata.

En tanto, los ya apresados deberán rendir cuentas ante la Unidad Funcional de Instrucción número 2 por el delito, en principio, de “homicidio”