El papa Francisco advirtió sobre posibles excesos policiales en la legítima defensa
El Papa agregó que «toda acción defensiva, para ser legítima, debe ser necesaria y mesurada», al tiempo que advirtió de que «un acto que proviene de buena intención puede convertirse en ilícito si no es proporcionado al fin«.
En este sentido, agregó que «si uno, para defender su propia vida, usa de mayor violencia que la precisa, este acto será ilícito». «Si rechaza la agresión moderadamente, será lícita la defensa, pues, con arreglo al derecho, es lícito repeler la fuerza con la fuerza, moderando la defensa según las necesidades de la seguridad amenazada», analizó.
Por otro lado, Francisco les pidió a todos los Estados que continúan aplicando la pena de muerte «que adopten una moratoria con miras a la abolición de esta forma cruel de castigo».
«La suspensión de las ejecuciones y la reducción de los delitos conminados con la pena capital, así como la prohibición de esta forma de castigo para menores, embarazadas o personas con discapacidad mental o intelectual, son objetivos mínimos con los que los líderes de todo el mundo deben comprometerse», argumentó.
Así, el pontífice recordó que en la nueva redacción del Catecismo de la Iglesia Católica se declara «inadmisible» en cualquier caso la aplicación de la pena de muerte. «A nadie puede quitársele la vida ni la esperanza de su redención y reconciliación con la comunidad», insistió.