Rompió el silencio el «Testigo T», que vio la secuencia del crimen de Fernando Báez desde el comienzo en Le Brique
Marcos Acevedo es el «testigo T», cuyo testimonio podría definir la suerte de los rugbiers detenidos por el asesinato de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell. Esa noche, la del crimen, vio todo. Estaba en la vereda de enfrente y siguió la pelea que se desataba en las inmediaciones del boliche Le Brique. Fue entonces cuando vio cómo los agresores se abalanzaron sobre la víctima y lo golpearon brutalmente, una acción que repitieron con cuanto amigo suyo intentara separarlos.
Acevedo vio directamente la golpiza que tuvo como consecuencia la muerte de Fernando Báez Sosa y este martes se presentó voluntariamente en la fiscalía para atestiguar. Declaró durante tres horas. En diálogo con Telenoche reveló que tardó en hablar porque estaba muy afectado.
Aunque Acevedo se dedica a otra cosa, durante el verano maneja un taxi por las noches a modo de trabajo extra. Ese día, estaba con su auto en la puerta del boliche cuando vio que el patovica sacó a Fernando. ‘Se notaba que era un chico calmo, tranquilo. Desde adentro del auto vi cómo trataba de explicarle al muchacho de seguridad que él no tenía nada que ver y que quería ingresar nuevamente al boliche. Cuando no logra su cometido, se retira’, explicó.
Apenas unos minutos después, Acevedo vio cómo fueron sacados los rugbiers, ‘forcejeando y alterados’. ‘En ese momento se pusieron a discutir con los patovicas para ingresar nuevamente. Al no poder hacerlo, escucho que dicen ‘hay que ir a c***lo a palos», declaró.
‘En ese momento cruzaron la calle corriendo y cuando miro a mi izquierda, veo que se dirigen directamente a ese chico, a Fernando. Después, lo conocido por todo el mundo y lo que se vio en los videos’, completó.
Acevedo dijo estar profundamente conmocionado por lo que vio ese día y por lo que vendría después. Sobre el ataque, contó que vio cómo un chico de camisa blanca le daba, ‘como mínimo, cuatro golpes de puño en la cara’. ‘Fernando queda desvanecido. Me daba cuenta por sus brazos, no lograba defenderse ni taparse la cara’.
Además, hizo hincapié sobre la diferencia física que había entre la víctima y el grupo de rugbiers y aseguró que Fernando ‘no tenía modo de defenderse’.
‘Cuando él estaba ensangrentado en el piso y le deja de pegar el chico de camisa blanca, quedó tendido y trató de apoyar el brazo izquierdo y levantar la cabeza. En ese momento, vino otro muchacho de camisa azul y le pegó una patada en la cabeza tremenda. Para mí, el golpe letal es ese. La patada en la cabeza fue criminal’, se explayó.