Los 12 pasos recomendados por Harvard para cumplir con nuestros objetivos

 

Trazamos nuestros planes y nos proponemos alcanzar la meta con éxito, pero algo nos detiene en el camino, entorpece nuestras acciones y nos sume en la desesperanza. MacKenzie Kassab, una colaboradora de la web de la División de Extensión Educativa de Desarrollo Profesional de la Universidad de Harvard, reunió y publicó 12 consejos de expertos para alcanzar con éxito los objetivos, puntualizando mes a mes, las acciones a realizar. El año recién comienza, a ponernos en marcha, hagamos que nuestros deseos, nuestras acciones y el tiempo nos jueguen a favor.

Mes a mes hacia el éxito

Enero: planteo y lanzamiento del objetivo

Este es el tiempo de pensar hacia dónde queremos ir y qué transformación personal queremos para este año. “No pienso que esos objetivos sean demasiado grandes para mí”, dice Margaret Adrews, presidente de la consultora Mente y Mano Asociados, e instructora de la División de Extensión Educativa de Harvard. La idea es no creer que el camino será llano, siempre hay algún escollo que sortear por eso hay que observar todo el panorama y detectar los factores externos que nos podrían impedir llegar a la meta trazada. Como dice Andrews, “hay que pensar en todo el ecosistema. Considerar que necesitamos para comenzar a hacer y para detenerse y anticipar obstáculos”. Anticiparse siendo realistas y, quizás proyectando mayores obstáculos que los reales, para poder prepararse para cualquier dificultad (grande o pequeña), es reforzar el poder de nuestro deseo. “Tener una estrategia a mano, y entonces, estaremos siempre en el camino para alcanzar el objetivo, más allá del tiempo y los obstáculos”, refuerza la experta.

Febrero: compromiso con el proceso

Una vez que tenemos el objetivo en la mira, es momento de ponernos en acción. Esto quiere decir, trazar el plan para alcanzarlo y ejecutar. James Clear, autor de “Atomic Habits” (Hábitos atómicos), sostiene que establecer simplemente la meta es el primer paso en el camino hacia la infelicidad. “Esencialmente nos estamos diciendo: ‘No soy lo suficientemente bueno aún, pero lo seré cuando alcance el objetivo’. El problema con esta mentalidad es que estamos enseñándonos a postergar siempre la felicidad y el éxito hasta lograr la próxima meta”. De manera que el sugiere focalizarse en el proceso, no en el resultado final. Algo así como deconstruir nuestro objetivo, en acciones productivas. La verdadera felicidad está en las pequeñas victorias que vamos alcanzando en el camino hacia la meta.

Marzo: encontrar la motivación

La automotivación es todo, no hay solución que no encontremos cuando estamos convencidos de lo que queremos y encontramos la forma de estimularnos para conseguirlo. Es clave entender que este es un trabajo individual, que lo que le va a uno al otro quizá no le sirva, como dice Andrew, “tenemos que conocernos a nosotros mismos, y saber qué funciona para cada uno”. Llegó el momento de saber qué luces nos encienden. Tenemos que explorar diferentes tácticas hasta encontrar la que más nos sirve. Importante: vale utilizar cualquier recurso para lograr la motivación.

Abril: expresar nuestras intenciones

Si sentimos que nuestras fuerzas para llevar adelante el plan están declinando (comienza con los pensamientos negativos) entonces es tiempo de gritar nuestras intenciones por los techos. Por ejemplo, mandémosle un mensaje de texto a un amigo, un email a colegas cercanos o simplemente llamemos a mamá. “Cuando anunciamos nuestro deseo de cambio, estamos abiertamente exponiendo nuestro fracaso, poniendo nuestra reputación y respeto por nosotros mismos en juego”, sostiene Marshall Goldsmith, coach ejecutivo y autor de “Triggers” (“Disparadores”). Cuando estamos al límite de nuestras fuerzas o ánimo, sentirnos apoyados es positivo. Seguramente, la mayoría de las personas más cercanas querrán vernos triunfar y muchas podrán ayudarnos o guiarnos.

Mayo: cuestionemos todas nuestras acciones

Goldsmith aconseja también algunos “movimientos mágicos” para lograr un cambio de conducta que nos lleve al éxito, y una de esas claves es preguntarse todos los días si estamos haciendo lo mejor que podemos para alcanzar la metas. Lo ideal sería tener una lista de reflexiones de apoyo. No existen reglas, pero un ¿Hice lo máximo para…? suele ser muy efectivo para incrementar nuestra responsabilidad y la propiedad intelectual del tema que nos ocupa.

Junio: revaluar los objetivos

Llegamos a la mitad del año, es tiempo de revisar cuánto logramos en función del objetivo planteado. ¿Aún lo tenemos en mente o no? Según Andrew, si algo no está yendo muy bien, se impone observar tanto la meta como lo que estamos haciendo para conseguirla. Quizá estemos poniéndonos desafíos demasiado complicados o muy lejanos. Una meta posible es más alentadora y el paso para, luego, ir por algo más.

Julio: buscar apoyo

Pier Steel, el investigador detrás de “The Procastination Equation” (La Ecuación Proscrastinizada) dice “Júntate con la gente adecuada, su éxito puede inspirarnos a pensar; ¡si ellos pueden hacerlo, yo también!”.

Entonces, si vemos que necesitamos apoyo, busquemos una organización cuya misión esté alineada con la nuestra, en ella encontraremos objetivos grupales y la forma de llevarlo adelante, lo que nos servirá para los nuestros. La experiencia de los otros suele ser muy útil. Steel lo define así: “Abandonar o continuar con la lucha, ambas acciones suelen ser contagiosas”.

Agosto: energicémonos

Necesitamos energía para poder llevar adelante las acciones en pos de nuestras metas personales o profesionales. Muchos factores, como el trasnochar, el estrés, la cafeína y el alcohol, nos quitan resistencia.

Algunos pequeños ajustes en nuestras rutinas pueden ayudar a mejorar esos estados y ponernos en camino seguro. Por ejemplo, eliminar todas las distracciones que haya en nuestro espacio de trabajo, entre ella, eliminar aplicaciones de nuestro teléfono que atrapan inconscientemente nuestra atención en forma permanente. Para Steel, una “distribución estratégica” es la clave para ahorrar energías. Menos desorden es igual a mejor foco mental.

Otro punto importante, es detectar en qué momento y con qué estímulos, somos más eficientes. Es decir, durante la mañana, la tarde o la noche, con música o sin música de fondo, etc.

También hay que cuidar la energía mental y física. “Nuestra energía es limitada, así que repongámosla convenientemente”, aconseja Steel. Lo que significa alimentarse y dormir lo suficiente.

Septiembre: ver en qué punto estamos

Al cerrar los ojos podemos “vernos” llegando a la meta, cumpliendo nuestro sueño. “Una detallada recreación mental de nuestro desempeño enlaza neuronas por el efecto espejo que reproducen el acto en nuestro cerebro en una forma casi tan profunda como si realmente estuviéramos realizándolo”, explica Steel.

En un segundo paso, visualicemos dónde estamos hoy: alcanzamos la meta, estamos en el horno, a mitad de camino… No es una trampa ni para desilusionarnos, según Steel, “el resultado de estas acciones contrastantes será que nuestra situación presente aparecerá enmarcada como un obstáculo pendiente en el camino hacia nuestros sueños”. Y esto suele ser el estímulo para dar el salto hacia la meta.

Octubre: busquemos inspiración

Las historias de los que lucharon para conseguir sus objetivos pueden ser una gran fuente de inspiración y de datos para lograr los nuestros. Películas, libros, videos (los TED actuales, por ejemplo) que cuentan la historia de la lucha de diferentes personalidades suelen ser un gran estímulo. Dice Steel que “las más efectivas biografías, seguramente resonarán con nuestro personal historial”.

Noviembre: pedir ayuda

Nuestro amor propio o nuestra debilidad nos impide pedir ayuda, lo que, en algunos casos resulta fundamental para seguir avanzando en nuestras metas. Dejemos de lado el ego, confiemos en los colegas más cercanos, en la experiencia ajena, en ese dato que el otro tiene por vivencia y que, seguramente, estará feliz de compartir con nosotros. Todas las personalidades más destacadas de nuestro medio, han necesitado del consejo de un coach o de un buen amigo o colega para llegar al objetivo.

Diciembre: objetivo logrado o lección aprendida

El último paso, el de la verdad: ¿avanzamos y nos aproximamos a la meta o nos felicitamos por haber conseguido el objetivo? De una u otra forma hemos triunfado. ¿Por qué? Es sencillo, según Andrew “si la meta era dejar de hacer algo abusivo para uno mismo o para otro, no sería bueno abandonar la esperanza de lograrlo. O podría ser que concluir nuestro objetivo no fuera lo que realmente buscáramos después. ¿Se entiende? Es nuestra vida y nosotros decidimos que queremos para ella. Fallar no es fallar si aprendemos algo de ello. Es solo una estación más en el camino hacia el éxito”.